Intemperie es un estudio de arquitectura y diseño que nace en Guayaquil en el 2014, como respuesta a una pasión mutua de dos arquitectos, Fabiana Alvear y Manuel Colón, quienes además de esposos, son socios y fundadores de un firma que está dejando su marca a nivel nacional y local.
Ellos son los responsables de dar vida al nuevo malecón de Guayaquil, “Paseo del Río, Ciudad Bicentenario”, un proyecto que nos lleva a volver la vista al río. “Para nosotros fue un sueño diseñar un proyecto urbano a esa escala y de la magnitud que puede llegar a tener.
Estas obras generan un impacto más público y nos permite transmitir el enfoque que manejamos hacia la vegetación, hacia la conexión entre el urbanismo y el paisajismo y no solo hacia el hormigón, donde muchas veces dio la espalda al río, se lo bloqueó. Este fue nuestro chance de retomarlo, conectarnos con él y darle una nueva oportunidad a la ciudad”, dice Fabiana.
El diseño de un espacio público que conecta a través de áreas verdes de ocio, diversión y recreación, permitirá que la vegetación del río vuelva a crecer y así cambiar la imagen del malecón de cemento, para volverlo en un lugar que convoque e integre al ser humano y lo que lo rodea, devolviéndole al guayaquileño el orgullo y el sentido de pertenencia hacia su ciudad.
Fabiana es guayaquileña y Manuel, portorriqueño. Hicieron su maestría juntos en la Universidad de Harvard, y a partir de ahí decidieron unir su creatividad, capacidad y profesionalismo, partiendo de una premisa clara, según dice Manuel, “nos inspira la oportunidad de imaginarnos un futuro diferente, creando soluciones espaciales”.
Al hablar de tendencias, Fabiana es contundente cuando explica que simplificar los espacios y hacer un uso consciente en la selección de materiales, es parte esencial de sus diseños y estilo, “menos es más, tendemos hacia la simplificación de los espacios, lo minimal. El buen diseño es eso, reducir el número de elementos, crear un buen diseño y generar una buena composición, así se transforma un espacio, volviéndolo cálido, sin recargar nada, y apostando a la atemporalidad, que duren en el tiempo”.
Guayaquil está cambiando, ahora se ve un uso de tendencias importantes, y sobre todo, la mentalidad de las personas que dio un giro hacia ideas de vanguardia y lentamente se incorporan en los espacios que habitan; “la vida muta, luego del COVID, los espacios tienden a ser más flexibles, por lo cual deben ser más ambiguos y más mínimos para transformarse en el tiempo”, señala Manuel.
“Nosotros comprendimos que la gente está repensando sus espacios y su forma de vida, poniendo más atención a lugares que antes no se consideraban, como la cocina y la conexión con el exterior”, dice Fabiana, quien recalca la importancia de los sitios flexibles, que simplifiquen la calidad de vida, sin perder su diseño. Los espacios hoy en día deben ser multifuncionales, “usas la cocina, trabajas y te reúnes ahí, la sala se vuelve colegio de los niños. Si esos espacios están controlados o definidos a un tipo de uso, va ser más difícil que cambien”.
Los fundadores de Intemperie, reconocen la importancia de pensar en el ser humano y a partir de ahí diseñar, es lo usual, pero no es una permanente, porque “para nosotros tiene mucho peso la colectividad y el medio ambiente, que va más allá de llenar de verde un lugar. El respeto a lo que hay en el sitio, el impacto que causará y sobre todo el contexto, eso es lo importante”.
Para Fabiana es vital crear casas más sostenibles, donde haya una real reducción de consumo de energía, es ahí donde el diseño arquitectónico juega un rol trascendental, “a través de la creación de patios interiores, ventilación cruzada vaciamente y todos los elementos que ayuden a reducir el impacto que podemos causar en nuestro hábitat. Así también, a través del paisaje, con la inclusión de vegetación, recolección de agua y otras formas que amplían nuestro usuario, que va más allá del ser humano”, dice Manuel.
Porque el impacto dependerá también del tamaño del proyecto, porque no es lo mismo diseñar una casa, que otras edificaciones de mayor envergadura que beneficien a más personas y espacios.
No se trata de educar, pero si de generar señales que aporten al cambio en el estilo de vida de las personas, donde se entienda que la generación de espacios amigables con el ambiente, repercuten positivamente en la calidad de vida de la gente.
Al revisar la cartera de proyectos de Intemperie Studio es muy difícil definir cual de éstos les causa mayor orgullo, “yo me levanto feliz todos los días con lo que hago. Soy arquitecto, diseñador, paisajista y me encanta la ecología”, dice Manuel, pues todos sus proyectos tienen su esencia, pero si se trata de mencionar esos que “nos causan satisfacción cuando vemos su transformación y la influencia que tienen dentro de su contexto, podemos hablar de la introducción de ciertos jardines y el enfoque que le hemos dado al paisajismo, especialmente la relación interior y exterior, con un contacto no solo visual, sino físico, pues cambiaron esa dicotomía de las casas residenciales”.
Guayaquil está dando un giro importante en su arquitectura, el ingreso de firmas internacionales como MVRDV y otras que están por llegar, van a modificar el frente de la ciudad, para Fabiana la ruta es la correcta, “nos estamos encaminando a eso, y nos gusta ser parte de una transformación que empuje a que Guayaquil se destaque por su arquitectura. Hay mucho camino por recorrer, pero hay que empezarlo y estamos en esa vía”. Tener un proyecto de MVRDV, el primero en Sudamérica, va a ser sin duda, un hito arquitectónico, “hoy es el proyecto que más atracción arquitectónica contemporánea tiene la ciudad. Esto será el empuje que necesitamos para elevar la vara de todo el gremio”, puntualiza la arquitecta.
Estos socios apuestan en grande, su trabajo se refleja en todo el país y afuera, en Puerto Rico, “queremos que nuestra obra vaya a todas partes del mundo, pero mientras podamos influenciar en el contexto local, esto nos dejará muy contentos. Aún hay espacios para transformar Guayaquil y aquí estamos”.