Comprar una casa propia es, probablemente, la decisión financiera más importante que hacemos. Esta elección no solo repercute en nuestras finanzas, también tiene un profundo efecto en nuestro estilo de vida. El lugar en el que vivimos influye en nuestro acceso a oportunidades de trabajo, nuestras amistades, lo que hacemos con nuestro tiempo libre y hasta la forma en la que vemos la vida.
La inversión en una casa o en un departamento propio es muy alta. Cada vez más personas la evitan o la aplazan. Además, en los últimos 15 años el precio de las propiedades ha aumentado. Esta es una situación que se ensaña con los jóvenes, que cada vez están menos motivados a ser dueños de hogar.
Pero si se lo piensa con un poco más de calma, invertir en una casa tiene mucho más sentido que otras opciones.
Es una gran decisión, por lo que requiere planificación, pero a la larga, es la mejor.
Especialmente para quienes no tienen un patrimonio, las opciones que quedan son: vivir con papá y mamá o rentar eternamente. En el primer caso, aunque la relación con los padres sea excelente, la pérdida de libertad se convierte en pérdida de confianza y puede llegar a ser un motivo de preocupación y malestar psicológico. En el segundo caso, como saben las personas que arriendan, vivir en una propiedad ajena tiene su propia lista de inconvenientes.
Arrendar es una molestia desde el momento en el que te mudas. No sabes quién ha vivido ahí ni quién tiene las llaves de la casa en la que vas a dormir. Los propietarios tienen que ser informados sobre cualquier adecuación. Imagínate tener que pedir permiso cada vez que quieres cambiar una alfombra, pintar una pared o hacer cambios de ebanistería. No es posible ni poner un clavo en una casa arrendada sin que esto sea deducido de la garantía posteriormente.
En lo financiero, las razones para evitar el arriendo son muy considerables. Quizás la más importante es que todo ese dinero gastado a lo largo de los años va directamente al bolsillo de otra persona.
Un sencillo cálculo demuestra que si una persona paga una renta promedio de 400 dólares durante un período de 5 años, al final habrá gastado 24.000 dólares en pagarle a su arrendatario. Esa misma persona pudo invertir, que no es lo mismo que gastar, ese dinero para el préstamo hipotecario de su propia casa.
Imaginemos a dos jóvenes de 23 años que acaban de salir de la universidad y empiezan a trabajar. Uno compra una casa; el otro, arrienda. Siguiendo nuestro cálculo, para cuando tengan 28 años, uno tendría casi 25.000 dólares invertidos en el préstamo hipotecario de su casa; el otro no tendría nada. Aparte, tendrá que pagar por los clavos que puso en las paredes que arrendó durante esos años.
Hay otras ventajas para quienes compran su casa antes de los 30 años.
La juventud está llena de energía y quién utiliza esos años para asegurarse un bien tan valioso como una casa, hace que su futuro sea mucho más tranquilo.
Comprometerse con un préstamo hipotecario es una gran responsabilidad. Asumirla temprano es una excelente manera de aprender sobre ahorro, finanzas personales y sobre el mercado inmobiliario. Ese conocimiento y experiencia no tiene precio.
El valor de una propiedad puede aumentar a lo largo del tiempo. Una buena inversión en una ubicación estratégica puede generar ganancias que aseguren el futuro de varias generaciones.
Comprar una propiedad implica mucho tiempo y deliberación. Invertir sin conocimiento es riesgoso. No existe una edad perfecta para comprar una casa pero sí para empezar a educarse y a tomar esta decisión en serio. Esa edad es: cuanto antes.
Algunas de las cosas qué debemos tener claras antes de invertir en una propiedad son el estilo de vida que queremos tener, los medios de financiamiento a los que podemos recurrir, la proyección de desarrollo de nuestra ciudad entre otras cuestiones. La asesoría de profesionales es indispensable para cuestiones tan importantes.
Uribe Schwarzkopf es una empresa con cinco décadas de experiencia en la construcción de inmuebles y el desarrollo urbanístico de la ciudad. Creamos ciudades verticales en zonas estratégicas de la ciudad. Trabajamos para que las personas que nos eligen logren inversiones verdaderamente exitosas. Nosotros construimos la casa, pero las reglas son tuyas.