En 1976 fundó la empresa Starck Product, luego diseñó el despacho privado del presidente de Francia, François Mitterrand en el Palacio del Elíseo (Palais de l'Elysée), eso lo catapultó hacia la fama. Siguió con el café Costes en París, lo que lo convirtió en una estrella internacional.
En 1995 creó una nueva categoría en la línea de hospedaje, Starck es el responsable de los hoteles de diseño, su concepto lo desarrolla como un escenario de película donde él es su director.
Un personaje que no requiere mayor presentación y que luego de un viaje a Ecuador, decidió poner en el 2018 entre su lista de obras, su firma Starck en Quito y en Cumbayá en las zonas más destacadas con el fin de generar vida en comunidad, porque “vivimos en una sociedad en la que cada vez estamos más solos, envidiando a los vecinos. Aquí es al contrario, uso un concepto de moderno surrealismo que ofrece sorpresa en cada cosas que ves", lo dijo durante la inauguración de ambos proyectos, promovidos por Uribe Schwarzkopf, quienes proponen una renovación urbana constante de las ciudades. Hoy los ojos de Starck están puestos sobre el puerto principal del Ecuador, y su próxima obra tiene como paisaje Guayaquil.
Bajo la premisa de que las cosas deben durar material y formalmente para ser sostenibles, este exquisito diseñador ha revolucionado el mundo del diseño y de la arquitectura, él ha creado desde sillas, motos, hoteles, despacho de presidentes hasta veleros, y luego de un cortísimo retiro, volvió con fuerza y con esa forma que lo caracteriza como ácido y autocrítico, defensor del bioplástico -plástico hecho de plantas u otros materiales biológicos-, y de la desmaterialización, “el diseño no tiene futuro, porque la materia no tiene futuro. Entramos ahora en la era de la desmaterialización y el bionismo, es decir, la alianza del cuerpo con la alta tecnología integrada. En los próximos años, todas las cosas inútiles que nos rodean desaparecerán, se integrarán directamente en nuestro entorno y nuestro cuerpo”, dice Philippe Starck.
Y es que hay que entender que el diseño no se centra en objetos, sino en el impacto que éstos tienen en la gente. A sus 74 años el parisino por excelencia ha sido un visionario que continúa redefiniendo el diseño en el planeta, creando íconos inolvidables como el exprimidor Juicy Salif o las silla Louis Ghost, objetos a las que personaliza con nombre y apellido. Satrck es un hombre de una imaginación inconmensurable cuyas creaciones no tienen límite, él se divierte haciendo un cepillo de dientes hasta tanto como diseñando un hotel, ha confesado que cuando los imagina en su cabeza piensa en historias de amor entre los huéspedes, historias poéticas, cómicas, surrealistas, así fue como Ian Schrager, el propietario de Studio 54, fue el primero que confió en él, encargándole el Royalton de Manhattan, desde entonces ha diseñado hoteles en Londres, París, Miami, Beverly Hills, entre otros.
Philippe Starck se autodefine como subversivo, ético, ecológico, político, divertido, así ve su labor como creador, teniendo claro que la funcionalidad de sus diseños y su original estética, lo han posicionado como uno de los diseñadores industriales más reconocidos en la actualidad. Sus palabras siempre resuenan y marcan tendencia en este campo, y es enfático en cuanto al uso del humor al crear y al considerar que la palabra ‘belleza’ no significa nada, sólo la coherencia cuenta.
Una alquimia equilibrada entre su preocupación constante por el medio ambiente y su capacidad de imaginar nuevas formas de vida, además de su pasión por solucionar problemas cotidianos, hacen de Philippe Starck una leyenda viva que traspasa todos los límites de objetos únicos que marcan tendencia cada día.
Philippe Starck nunca deja de sorprendernos. En esta ocasión en pleno Salone del Mobile en Milán, deslumbró con su espectacular silla Miss Dior, un homenaje al buen gusto, al glamour y a la visión e innovación de un elemento fundamental creado con estilo y funcionalidad, algo que lo hace único.
Su sueño para la casa Dior, siempre fue la silla llamada Miss Dior, basado en la feminidad atrevida y elegante. La "passion du minimum" fue lo que inspiró a Philippe Starck a refinar hasta la médula la estructura de la famosa pieza y así alcanzar la pureza absoluta de su silueta. Su ligereza en aluminio, unida a la nobleza y durabilidad, es uno de sus principales atributos, así como el diseño sencillo pero exquisito. La perfección en una sola pieza, esto consiguió sin duda este diseñador que creó la silla eterna.
Innumerables objetos que van desde un exprimidor de jugos hasta barcos, traspasan la genialidad de este maravilloso diseñador que pronto volverá a Ecuador a dejar otra huella más con su propio y distinguido estilo. Para Philippe Starck está claro que su objeto ideal es su símbolo por excelencia, es así que en el marco de la reconocida feria internacional del diseño en Italia, Starck presentó con mucho orgullo su silla y dijo que “algunas personas buscan durante toda su vida el vestido negro ideal; yo siempre he soñado con la silla ideal. Este ícono de perfección existe claramente en nuestro subconsciente colectivo en forma de silla medallón estilo Luis XVI, con ese óvalo mágico símbolo de la maison Dior. Para mí, todo gira en torno a esta silla”.
Phillipe Starck y Tommy Schwarzkopf