Créditos foto portada: Cristina Mancero
En el universo hay seres que llegan para iluminar, para construir, para dejar huellas y ser referentes claros de lo que es hacer bien las cosas. Su margen de acción no existe, no hay límites, no hay barreras y el tiempo sigue demostrando que su capacidad, agudeza y sensibilidad tienden una suave e imperceptible neblina que se nos mete por los poros devolviéndonos como mejores seres humanos, porque el arte y la cultura cumple su rol, y de su mano, la de Rafael Barriga, se devela por completo.
Una conversación sin desperdicio, un paseo por el tiempo, el suyo, el de un país que hoy está encerrado en el miedo, pero que guarda muy en el fondo, una esperanza basada en las palabras, en las historias, en la belleza que se disfraza de música, “la buena y la mala”, y la oportunidad que nos entrega Rafael Barriga cada noche, durante una hora y media -de 19hrs. a 20:30hrs.- en su programa de radio ‘Tan lejos, tan cerca’, que se transmite en vivo por Municipal FM -102.9 FM- y en su sitio web www.rafaelbarriga.com donde la música cumple un rol trascendental, “porque para cada cosa de la vida hay una playlist de buena música”, dice Rafael, pues no importa mucho el género pero sí la cadencia y la armonía, que suene bien, que transporte y fluya, y sobre todo, que invite a disfrutar de un silencio que acaricia para absorber energía y dar el siguiente paso. Su programa nació en 1996 en otra estación: La Luna, una radio con magia que sabía interpretar lo que la gente quería y necesitaba, “mi programa era en la mañana y duraba tres horas, de 9 a 12, tenía mucha audiencia, estuvo cuatro años y medio al aire”.
Créditos: Rafael Barriga
Luego pasó por otras casas y también lo transmitía por su sitio web; nunca apaga su voz, nunca deja huérfano el espacio que en esta ocasión le propusieron hacerlo desde el Municipio de Quito, y a él le pareció una buena opción.
Rafael es una persona que tiene al mismo tiempo, diferentes tipos de proyectos, “hacer una sola cosa por mucho tiempo me aburre, nunca he tenido un trabajo fijo por mucho tiempo, pero la radio siempre es el lugar donde puedo hacer que mi imaginación vaya más allá. Mi programa es profundamente personal, es donde pongo mi alma, mi corazón y mi vida, ahí soy quien soy”. Todo lo demás lo hace para los otros, su pasión constante es la radio, lo hace para él, ahí se descubre.
‘Tan lejos, tan cerca’ es un programa de música, hay pocas entrevistas, no se habla mucho, sólo lo necesario. Son piezas musicales profundamente investigadas por Rafael, pueden ser de cualquier época y género musical, éstas están vinculadas en cada programa por un tema específico, cualquiera, que puede hablar de lo interno, en unos casos, de algo más público, en otros, o de la cotidianidad. Temas de ciudad, de barrio, de gente, de la vida, “esta es la peculiaridad del programa, primero pienso en un tema y hay una música excelente, de altísima calidad, que lo circunda. Es una hora y media todos los días de hacer este ejercicio poderoso, esto toma muchísimo de mi”.
Rafael comenzó muy temprano a trabajar, a los dieciséis tuvo su primer programa de televisión, hasta que se graduó del colegio, siempre vinculado a la música -rock clásico- produjo un programa de video clips, una tendencia mundial a finales de los años 80 y a partir de ahí, no paró.
Su vida está bañada en arte, sus palabras seducen y su visión se palpa en cada uno de sus proyectos que son diversos y transitan por diferentes disciplinas. Es gestor cinematográfico, escritor, locutor, curador de contenidos, programador, amante del fútbol -es parte de su vida- y tiene una memoria musical envidiable. Rafael pisa fuerte y está convencido que en un país como el nuestro, donde el miedo consume a todos, “siempre habrá algo que hacer. No puede no haber salida, si pensamos así, no la habrá. Vivir con miedo no es vivir, pero veo alrededor signos de optimismo, porque sino estamos fregados. Me encuentro cada vez con unas experiencias interesantísimas, con gente que quiere hacer cosas. Uno de los principales problemas de la cultura es su precarización, muchas de las mejores iniciativas culturales del país viven con las justas en el mejor de los casos, y en la mayoría de éstos, con ellos mismos poniendo de su plata, poniendo su trabajo gratis. Es un tema grave”.
El talento y la pasión hacia la radio viene desde que nació, en su hogar se respiraba ese ambiente y lo lleva en sus genes, “mi padre fue pionero de la radio juvenil en esta ciudad -Polo Barriga- quien a sus 15 años se lanzó en Radio Quito -la voz de la capital en su momento- y presentó su programa para jóvenes: Olimpiadas Musicales Juveniles (rock, The Beatles, etc.) y luego pasó a la televisión. Yo estuve en contacto con los medios desde muy pequeño, acompañaba a mi papá al canal y veía los sets, las luces, las cámaras”, esto sin duda marcó a Rafael, quien luego estudió fuera del país gestión cinematográfica, y a penas regresó le pidieron que haga un libro de cine, y luego hizo las salas de cine -Multicines: programación- después se vinculó al proyecto de Mariana Andrade y Camilo Luzuriaga, quienes dieron luz al Ocho y Medio -cine de barrio independiente, alternativo- “estuve diez años dirigiendo la parte artística del Ocho y Medio. Yo era inmensamente feliz, esta es una de las cosas de las que más me enorgullezco haber hecho, mis hijos crecieron aquí. Ahora soy un usuario”.
“El Secreto de la luz” por Paula Barragán
En su incesante necesidad por hacer proyectos nuevos, Rafael no para y ha dirigido películas, publicado varios libros y la radio siempre ha sido una constante, “es un espacio que me gusta mucho, soy un veterano de la radio, para mi la modulación en un programa es esencial, la música tiene que sonar, puede ser de cualquier lugar del mundo, pero tiene que tener un sonido, un camino”.
Cada programa le toma mucho tiempo pensarlo y hacerlo, y durante la emisión disfruta de su proceso, desde niño ha estado muy expuesto a la música, “para mi padre y mi abuela materna, la música era muy importante en sus vidas, tenían ingentes colecciones de discos de acetato y yo traviesamente los ponía, ellos me enseñaban. Desde los ocho años empecé a tener mi propia colección de música, consumo muchísima música, me gusta todo al mismo tiempo”.
Quito tiene el privilegio de contar con un espacio sin estridencia, un lugar de silencio con sonidos maravillosos. Rafael se toma cada tarde ese espacio y convierte el ruido en un “no ruido”, en una zona de respeto, en un lugar exquisito con una audiencia que lo sabe, porque en ‘Tan lejos, tan cerca’ están expuestos a una manifestación cotidiana, donde se refugian del caos y son fieles, sutiles, sensibles e inteligentes.
Esto se logra cuando se maneja “el concepto de belleza y de arte como un antídoto contra cualquier invasión”, explica Rafael Barriga, la voz que suena y que escribe su propia leyenda.