Así, sin ataduras, sin restricciones que limiten, sin barreras que quiebren la imaginación, esa con responsabilidad y con visión hacia el ser humano y su comunidad.
El pasado mes de marzo, Rafael Viñoly falleció de un aneurisma a sus 78 años. El arquitecto uruguayo deja un legado importante compuesto por edificaciones que trascienden por la marca tan distintiva, personal e innovadora con la que él concibió la arquitectura.
Viñoly evitaba ceñirse a un estilo de diseño concreto y prefería crear proyectos que respondieran a sus necesidades específicas, cada uno comenzaba con un boceto y siempre estuvo listo para entender y utilizar las últimas tecnologías para colaborar con su equipo de trabajo.
Rafael Viñoly nació en Montevideo en 1944 e inició su carrera profesional en la arquitectura cuando aún estudiaba en la Universidad de Buenos Aires. En 1964, dos años antes de obtener el título de arquitecto, fundó el Estudio de Manteola-Petchersky-Sánchez Gómez-Santos-Solsona-Viñoly (entonces MSGSSV, hoy MSGSSS) con otros seis socios. Se licenció a sus 20 años y para ese entonces, él y su empresa colaboradora ya habían terminado la Sede Central del Banco de Buenos Aires. Además diseñaron juntos grandes proyectos comerciales y de viviendas en Argentina, basados en torres de bloques interconectadas por puentes elevados y con espacios públicos integrados, cruciales para la forma en que Viñoly entendía la arquitectura.
En 1978 se muda a los Estados Unidos con su familia, donde aceptó ser profesor invitado en Harvard Graduate School of Design. Al año siguiente, se trasladó a Nueva York, y en 1980, dejó oficialmente MSGSSV para abrir, tres años más tarde, su propio estudio, Rafael Viñoly Architects -su sede está en el 375 de Pearl Street, o el edificio Verizon, NY-.
John Jay College of Criminal Justice, Nueva York.
Edificio Prourban, Buenos Aires.
Foro Internacional de Tokio (ganador del concurso en 1989).
Centro educativo polivalente, West Point.
Museo dedicado a los condecorados con la Medalla de Honor de las Fuerzas Armadas de
Estados Unidos, Texas.
Universidad Wageningen. Edificio Atlas, Paises Bajos.
125 Greenwich Street, (torre residencial de 72 pisos), Nueva York.
432 de Park Avenue, Nueva York.
20 de Fenchurch Street, Londres.
La ampliación del Museo de Arte, Cleveland.
Hotal San Rafael, Punta del Este.
Aeropuerto Internacional de Carrasco, Montevideo.
Instalaciones de investigación diseñadas en emplazamientos complicados, campus de la
Universidad Rockefeller, Nueva York.
Puente de la Laguna Garzón, Maldonado y Rocha.
Hoy quedan como testigos cercanos, quienes prolongarán su legado, su esposa Diana, diseñadora de interiores, sus hijos y nietos y sus socios, quienes sin duda, formaron parte vital de la existencia de este extraordinario arquitecto y pianista de perfil mundial, capaz de diseñar proyectos emblemáticos y funcionales a pesar de su complejidad, y siempre integrados al espacio público que los rodea.
Viñoly deja una marca indiscutible que puede verse en edificios de todo el mundo, obras inspiradas en su contexto y que dejaron su huella en los seis continentes.