Andrea Salgado es una joven guayaquileña que está rompiéndolo todo. A sus treinta años es la fundadora y gerente general de un espacio -que ahora son tres en el país y serán cuatro en noviembre 2023-, que es mucho más que una cafetería, y que para el 2024 ya tiene el plan de expandirla fuera de las fronteras del país.
Con solo 22 años (2016) comenzó su proyecto personal que hoy se ha convertido en un ecosistema familiar, una empresa que se destaca por un trabajo en equipo, pues ella vive en Nueva York con su esposo australiano, y son sus padres y hermanas, quienes están firmes en cada uno de sus dos locales en Guayaquil y uno en Quito, y así ella puede tomar vuelo directo de Estados Unidos a Ecuador sin problema, donde pasa cinco meses al año, el resto del tiempo lo divide entre su hogar y sus viajes para alimentar de experiencias a su negocio.
A las puertas de su viaje a la India, pudimos conversar con Andrea en una entrevista refrescante, cargada de buena energía, donde se descubre a una mujer apasionada, creativa y sobre todo, motivada, así es ella y lo demuestra en cada uno de los pasos que da, que se convierten en ideas exitosas llenas de magia y con esa marca tan personal que hace que todos quienes visitemos un Sailor, salgamos convencidos de que es nuestro segundo hogar.
Andrea Salgado (AS): En ese momento no existía un lugar así en Guayaquil. En el 2016 habían cafeterías de especialidad pero no con nuestro concepto, yo siempre he querido que sea una experiencia holística que incluya todo, súper buen servicio, súper buena comida, un increíble ambiente y además, un café espectacular. Cuando estudiaba aquí (NY) Historia del Arte y Negocios desde el 2011, trabajé en una cafetería australiana y ellos brindaban eso, y es lo que quería replicar en mi país. Probé cafés espectaculares que venían de Ecuador, pero cuando lo visitaba, todos los lugares me servían café soluble, café pasado oscuro, negro lleno de aceite, eso pasa cuando el café está recontra tostado, y no entendía cómo no podíamos tener café de gran calidad en nuestro propio país. Quería empezar una cafetería, me preparé según lo que tenía en mi cabeza y les propuse a mis papás -mi papá es el asesor financiero de Sailor-, al principio todo el mundo me dijo que no, le insistí a mi papi que de regalo de cumpleaños me visite en Nueva York y vea lo que yo quería crear, eso lo impulsó y me apoyó y lo hice, luego de guiarme por una investigación de mercado y de observar mucho a otras cafeterías para vincularme con este mundo y conocer su movimiento, materiales y menaje.
No fue fácil, al volver a Guayaquil en nueve meses nadie me quería alquilar un local, lamentablemente ser mujer en Ecuador es perjudicial, yo iba sola tenía 22 años y nadie confiaba en mi, hasta que encontré el lugar ideal donde pagué tres meses anticipados y garantía, y abrí el 7 de abril 2016. Desde ahí nos empezó a ir súper bien, y una de las razones por las que hemos sido tan exitoso desde que abrimos nuestras puertas, ha sido gracias al manejo espectacular de las redes sociales, eso no existía allá y a mi me encanta la fotografía, así que hice fotos espectaculares y la gente descubrió el Sailor porque veían el Instagram.
AS: Exacto. Me formé en arte y por eso Sailor también tiene ese aire artístico, porque me encanta la belleza, el arte y siempre mezclo todo. Yo quiero que cuando alguien llega al Sailor sienta que el plato, la decoración, la comida, el ambiente, el servicio, las tazas, los cubiertos, todo sea bello.
AS: Más que una cafetería son una experiencia. Venir a sentarte a tomar una taza de café con un familiar, con tu pareja o amigos y disfrutar de ese ambiente acogedor. Que sientas que es tu segundo hogar, es como un oasis en la ciudad.
AS: Creo que sí, estoy convencida que todos lo sienten como su segundo lugar, el primero es tu casa, el segundo es ese espacio que tu eliges y sabes que te tratan bien, que conocen lo que te gusta, donde te atienden increíblemente bien, donde disfrutas de buena música. Hasta ahora recibo mensaje todas las semanas de la gente que me dicen justo eso, que van seis años visitando Sailor y nunca falla, la gente sigue volviendo, nuestro staff te conoce y te recomienda diferentes productos en base a eso. Esto lo logramos porque casi no tengo rotación de staff, son entre 8 y 10 personas en cada local, tengo gente que trabaja conmigo desde el día en que abrimos y esto realmente ayuda a que haya un súper buen ambiente laboral, y segundo, que la gente reconozca a nuestros clientes y sepan como son, lo que les gusta, la gente se siente como en casa porque no necesita pedir lo que quiere, nosotros ya sabemos qué quiere y le servimos, eso maraca la diferencia.
AS: El nombre tiene muchos significados. Yo quería este color celeste, quería que llame la atención con el concepto: ser una cafetería que traiga cosas de distintos lugares, pero que esté anclada en el Ecuador, tus raíces sean tu país. Nos salió este concepto del ancla (tu país) y el marinero, que va de lugar en lugar y trae de cada puerto diferentes cosas a su casa. Eso es lo que yo hago, cada vez que viajo traigo algo para el Sailor. La vajilla traje de Tokio, las tazas de Nueva Zelanda, ciertos platos como por ejemplo, nuestro rollito de Cardamomo, de mi último viaje a Compenhagen. Esa es la idea que todas las experiencias y cosas que veo y vivo alrededor del mundo, las replique en Sailor pero integrándolas con sabores ecuatorianos. Quiero que mi panadero haga el pan con ingredientes de aquí para nuestro paladar y le mezclamos con otros sabores para que cuando la gente lo prueba, sienta que está viajando a través del Sailor, esa experiencia de estar en un lugar nuevo. Siempre estamos navegando por estas espléndidas aguas del mundo, pero volvemos a nuestro hogar, a estar arraigados a la belleza de nuestro país y a la calidez de nuestra familia.
Ese es el concepto más grande de donde vino el nombre, pero también nació por la fonética -en inglés- de la combinación de “Sal Or”, Salgado Ortiz, y listo.
AS: Yo quería un lugar que tenga un aire escandinavo, australiano, neoyorquino, y lo que estaba aquí de moda era eso, montón de concreto en el piso, maderas claras como pino, blancas con ladrillo, y además los estilos japoneses y escandinavos que son súper minimal. Queríamos hacer esa mezcla para que dé la idea de que estás en un lugar distinto al que estás acostumbrado, podrías estar en Nueva York, en Tokio, en Copenhague, pero estás en Guayaquil o en Quito. La idea es dar ese mismo nivel top de otras cafeterías en otras ciudades pero en el Ecuador.
Mientras más abrimos, más podemos invertir y darle mayores detalles a nuestros diseños en los locales, haciéndolos mucho más avanzados que nuestro primer Sailor, pero cambiando ciertos detalles para unificar las barras de granito, por ejemplo, y que todas sean iguales en todos nuestros locales, para que la gente sienta que estás en un Sailor.
AS: Me encanta la “Tabla de Quesos Toscana” porque representa la transformación que la marca está teniendo. Estamos yendo de Sailor Coffee a Sailor, que nos reconozcan así, queremos migrar este año para que nos vean como algo más que una cafetería, como un lugar que tiene todo, todo el día, un restaurante y puedas desayunar, puedas tomarte un café, un coctel, puedas almorzar, puedas disfrutar de una tabla de quesos, y ésta está increíble, tiene un mix de queso de cabra con trufa, prosciutto delicioso con unas tostaditas de bagel. Me encanta pero sobre todo, me da esta idea de evolución de la marca, de cómo estamos creciendo y aventurándonos a esta nueva idea en lo que Sailor se va a convertir en los próximos cinco años.
AS: Les recomiendo mi coctel favorito, el “East Side”, es un coctel que siempre lo pido en Nueva York, lo descubrí aquí y lo importé a Ecuador, es un trago light de gin, pepino, limón y hierbabuena majada, súper fácil de tomar, es delicioso. Y el “Honey Cardamom Latte”, el nuevo café que sacamos está increíble y nace de este viaje a Compenhague.
AS: En la vida misma, en el día a día. Yo salgo mucho a caminar y soy una persona súper observadora, saco inspiración de todo, de la calle, del piso, de las veredas como en París, de mis experiencias físicas en el camino de mi vida. Tengo mucha suerte, soy afortunada, privilegiada de poder vivir aquí en Nueva York y viajar mucho, y muchas de las cosas que creamos nacen de eso justamente, veo como las podemos adaptar al entorno ecuatoriano, a un producto o a un servicio.
AS: Es algo subconsciente, yo no te quiero decir en la cara, “mira que lindo mi plato”, sino que el hecho de servirte un lindo plato, hace que tu subconsciente te diga: esto tiene más valor. Si te das cuenta nuestros cubiertos son pesados y la idea de darte así es incrementar ese valor percibido del cliente, al igual que darte unos vasos y unas tazas divinas, así la gente asocia Sailor como una cafetería top, no como un lugar donde me van a servir en un vaso plástico o que me van a poner flores de plástico en la mesa, en Sailor las flores son de verdad, eso da todo ese sentido de natural, fresco, vivo, presente, estamos aquí en este momento.
No vamos a restregarte que somos buenos, te enseñamos a través de la innovación de productos mensuales, a través de activaciones, concursos involucrando a la comunidad y eso es súper importante. Cuando empezamos Sailor también era una galería de fotografía, vine a vivir a NY y eso paró porque yo organizaba todo, pero ahora por nuestros siete años lo vamos a retomar y vamos a hacer una exhibición invitando a que nos escriban todos los ilustradores del país para que nos envíen sus tres trabajos favoritos, de los cuales escogeremos veinte, para nosotros encargarnos de pagar su impresión, enmarcado y que se exhiban en Sailor durante un mes. Haremos un opening, postales pequeñas y toda la ganancia irá para los artistas. La idea es seguir generando comunidad y valora siempre lo nuestro.
AS: Sí, porque siempre será mejor resolver todo cara a cara, pero intento mantener a mi staff feliz, porque así ellos a su vez mantienen a todos mis clientes felices. Es mi equipo el que me permite estar aquí. Son increíbles, tengo a mi papá, a mi mamá, a mis hermanas y a todas mis amigas que van y no pierden la oportunidad de decirme qué está bien y qué está mal.
Un lugar único y apasionado, así es Sailor, así es Andrea, quien a través de su trabajo ha logrado demostrar que en Ecuador hay la misma calidad de productos y de servicios que en cualquier otras ciudad en el mundo, sólo debemos apreciar lo nuestro y creer en nosotros, porque lo tenemos todo y es momento de darle el chance.
Instagram: Sailor Coffee