El paisaje es distinto, los olores son otros, las texturas y los recuerdos se funden en las entrañas de un típico barrio quiteño -El Inca-, y que hoy dejó atrás su naturaleza residencial para convertirse en el cascarón de mágicos espacios de donde surgen talentos, arte e historia.
Aquí nace Viva Estudio, un lugar que cuece la cerámica para celebrar el diseño a través del arte en su máximo esplendor, con piezas que se deleitan frente a la vida. Sol Díaz es arquitecta, a sus 28 años es la creadora de Viva Estudio, que nació en el 2021, y que ahora junto a su compañera, Camila Urresta, forman el equipo que dirige este proyecto y moldean a mano cada una de las piezas que nacen de la cerámica, entregando objetos únicos de autor que están siendo parte de los hogares, restaurantes y espacios más íntimos de quienes confían sus ideas a ellas.
Créditos fotografías: JBG: Juan Bernardo Galindo @jb.galindo y DJ: David Jowhari @davidjowhari
Para Sol su experiencia como diseñadora de interiores hizo que surjan algunas inquietudes sobre la identidad ecuatoriana en el diseño y fueron materializándose en objetos de cerámica, “empecé a trabajarlo porque es un material muy noble y bello, fue mi manera de poner en práctica todo lo que tenía en mente. Fue tanta la acogida que tuve, que debí buscar un lugar para esto y así surge Viva Estudio, como un espacio para proyectar estas ideas y desarrollar el diseño como tal en productos elaborados a mano”.
Varios objetos se presentan solos y se siente una energía especial. Floreros, tazas, platos y joyas que parecen hablar por ellas mismas, muestran su alma en un trabajo hecho con pasión. Y es que ese es el valor agregado de elementos que nos son creados en serie, es puro slow designe, y sus clientes lo reconocen. Viva Estudio es ese “diseño con imperfecciones, con mucha técnica y cuidando detalles, pero sobre todo muy sensible a lo manual”, explica Sol, quien reconoce que la cerámica que ella hace tiene mucha influencia de la arquitectura, pues aplica las mismas directrices que aprendió en su carrera, “todo surgió de manera intuitiva y autodidacta, la exploración se dio espontánea y luego ya me especialicé técnicamente en alfarería. Tuve un periodo importante de aprendizaje para conocer los materiales, esmaltes, óxidos y avancé experimentando por mi cuenta”. Camila es socióloga, tiene 29 años, y su perfil aporta de manera drástica en esta conexión, pues el conocimiento del ser humano le ha permitido plasmar en sus creaciones esa identidad que hace única a cada pieza.
La creatividad y la exploración han sido parte de la vida de Sol, es así como llega al diseño y lo transforma en una herramienta para comunicar cosas y modificar la experiencia humana, “pues éste impacta en la cotidianidad de las personas, además de ser utilitario, yo siempre le pongo el peso a lo artístico. Esto de manera conjunta, se manifiesta en el diseño de los objetos con un valor emocional importante”. Para Camila, el espacio y los objetos dictan comportamientos, los promueven y se reproducen, “inspiran dinámicas del día a día de una manera estética”. El diseño aporta en la identidad cultural, y ellas lo tienen claro, porque hacen que actores de la sociedad manifiesten sus deseos y expresiones, “ y por eso vale la pena el diseño, pues habla de nosotros, de nuestras tradiciones, de lo que somos”, enfatiza Sol.
Créditos fotografías: JBG: Juan Bernardo Galindo @jb.galindo y DJ: David Jowhari @davidjowhari
Nuestro país está pasando por un momento emergente en cuanto al diseño, en los últimos años han surgido muchas tendencias nuevas en Ecuador, hay un potencial enorme, pero la ruta es larga, “debemos reforzar el diseño tanto quienes creamos como quienes lo piden. Avanzamos por buen camino, con mucha constancia, soy optimista, y sé que habrá incentivos que nos den cabida para visibilizar nuestro trabajo. Hay consumidores, la gente quiere diferenciarse y sentirse bien con una marca”, explica Sol. Quien resalta que hasta ahora sus clientes los buscan por su autenticidad y eso es positivo, “ese es nuestro target, las personas que buscan el trabajo hecho a mano, que lo valoren y que lo sientan como un valor, pues es todo lo contrario a lo industrial, a lo hecho en serie”. El mercado está abierto, cada vez entendemos más la importancia de tener en nuestras manos objetos que cuidan el medio ambiente, que reciclan, que dan valor a la sostenibilidad y que además de útiles tienen un diseño personalizado, no en serie, va sumando, va tomando relevancia y está encontrando su lugar, “no ha sido fácil, ha fluido orgánicamente, pero ya estamos dando pasos ciertos hacia una mayor difusión y nuevas maneras de exponernos”, dice Camila.
Actualmente Viva Estudio está trabajando en la creación de un showroom que muestre su trabajo -piezas de colección, piezas únicas trabajadas a mano-, si bien se apoyan mucho en la difusión a través de redes sociales, quieren generar una experiencia completa para quien los visite. Ellas han entendido que es vital dejar que la gente palpe sus obras, las huela, las sienta, las viva, “hay que contar la historia detrás de cada pieza, hay que tomarse el tiempo que necesita cada obra, explicar qué es lo que creamos, por qué lo hicimos y por eso ahora te lo entregamos a ti. Ese es nuestro verdadero valor agregado”.
Un trabajo íntimo que materializa las ideas que parten de un bosquejo que surge de la observación cotidiana, y como se manifiestan en objetos cargados de sensaciones. Es un proceso largo, que toma su tiempo pero que hace que todo valga la pena, porque todo tiene su momento. “El diálogo y la confianza entre nosotras y nuestros clientes es clave en esto, en el mundo gastronómico, por ejemplo, y con otros diseñadores también, hacemos un trabajo muy colaborativo, recogemos su visión pero siempre aportamos con nuestras propuestas, y eso da como resultado una armonía y un equilibrio de ambas partes”, dice Camila, quien encuentra su inspiración en los elementos crudos, en las líneas naturales que ve a su alrededor; mientras que para Sol la observación es el disparador de sus ideas, “me gusta sorprenderme, me encanta las texturas puras del material -la cerámica-, pero siempre me gusta llevarlo a un nivel poco esperado, como las joyas -su más reciente colección elaborada con cerámica de alta temperatura y hechas a mano: “Hermanas de la Tierra”, una aproximación del barro a la mujer, con formas simples, rústicas pero delicadas, con una textura envolvente y cómoda que las eleva a la escena de la moda. Un complemento ideal-.
La curiosidad y el misterio está presente siempre, y desde luego, lo natural. La naturaleza es el espacio adecuado para observar”, es que ahí donde están los colores, las texturas, la vegetación, es algo tangible y eso las inspira.
Varias son las tiendas que las buscan y donde se venden las creaciones de Viva Estudio, tanto en Quito como en Cuenca, esto las ha motivado a crecer para poder satisfacer todos los pedidos que llegan. Un trabajo de constancia, de exposición y la forma de contar todo lo que hacen, marcan la diferencia y la gente lo siente. Varios son los referentes que marcan la línea de Sol, pero sobre todo arquitectos locales e internacionales que hacen de ese oficio una poesía que tiende a lo material y descubre en cada movimiento, la sensibilidad de las formas con una pureza única.
Un rescate a los valores ancestrales latinoamericanos se siente en sus piezas, que si bien no las reproducen, sí las inspiran, “tomar lo mejor de ambos mundos es la clave. Somos una mixtura, una mezcla que permite un resultado ideal con equilibrio. Esa es la magia de nuestro trabajo”, recalca Camila.
Disciplina, convicción, constancia y riesgo, es la única manera de ganar, “hay que estar enamorados de los proyectos que queramos emprender. No hay que tener miedo de probar, de equivocarse, de crear y exponerse, esa es la experiencia que nos da una respuesta y es lo más valioso para seguir adelante.
"Es hora de que todos empujemos el diseño”, dice Sol, pues ella es el mejor ejemplo de hacer las cosas bien, “esa es la riqueza de Viva Estudio, prolongamos el valor de los objetos en una celebración al diseño con propósito, ése que te acompañará por siempre”.
Intagram: @viva_estudio