Blog Uribe Schwarzkopf

Zaha Hadid cambió la arquitectura para siempre

Escrito por Uribe Schwarzkopf | 03 marzo 2022

En 2004 la arquitecta Zaha Hadid recibió el premio Pritzker, considerado el Nobel de la Arquitectura. Hasta esa edición, durante 26 años consecutivos, ninguna mujer lo había. 

"A las mujeres siempre se les ha dicho 'No vas a lograrlo'. 'Es muy complicado', 'No puedes hacer eso', 'No lo intentes, porque no vas a ganar ese concurso'. Por eso necesitan confianza en sí mismas y gente cerca que les ayude a continuar”, dijo Hadid en una entrevista en 2013. El Pritzker de Hadid rompía el techo de cristal en la ciencia del diseño estructural. 

El mundo de la construcción ha sido especialmente dominado por personajes masculinos. Desde el diseño hasta la albañilería, priman ellos —aunque las cosas están cambiando. Esos cambios no habrían sido posibles sin las figura inspiradora y el genio creativo de  Zaha Hadid.

Zaha Hadid nació en 1950 en una familia iraki, estudió matemáticas y su interés por la arquitectura le llevó a Inglaterra. Fue alumna de Rem Koolhaas, unos de los arquitectos más destacados de los últimos cien años, también recipiente del premio Pritzker. Después, Hadid trabajó en  Office for Metropolitan Architecture, la célebre firma de arquitectos fundada por Koolhaas. En 1979, estableció su propio estudio en Londres: Zaha Hadid Architects. 

 

 

En 1988, Hadid llevó su obra a uno de los santuarios del arte contemporáneo global: el Museo de Arte Moderno de Nueva York —el proverbial MoMA reconocimiento mundial por una exhibición en el MoMA de Nueva York. La muestra Deconstructivismo en la Arquitectura incluía algunos de sus impresionantes dibujos arquitectónicos. Esto le dio la notoriedad que le permitió construir su primer proyecto propio: la estación de bomberos de la fábrica de Vitra en Alemania.

Después de esto siguió una larga serie de obras que en palabras del arquitecto Jorge Silveti son pruebas vívidas de que la arquitectura puede llegar a ser una forma de arte. Su estilo manipula las formas a través de pliegues inesperados y crea efectos futuristas. El diario británico The Guardian bautizó a Hadid como la Reina de la Curva. “Hay 360 grados, así que ¿por qué solo quedarse con uno?”, se preguntó ella cuando le preguntaron sobre su visión del diseño. 

Algunas de las construcciones en las que podemos ver su estilo son: el Estadio de Al Janoub (2019), en el que se jugarán partidos del mundial de fútbol de Qatar, el Aeropuerto Internacional de Beijing (2019) o las Oficinas Portuarias de Amberes, (2016) en las que un enorme volumen inspirado en los diamantes parece atravesar una antigua estación de bomberos.

Aunque las obras de Zaha Hadid crearon panoramas futuristas, a menudo integraron la historia y los cambios culturales de las ciudades en las que construyó. Un ejemplo de esto es el Centro Cultural Heydar Aliyev en Azerbaiyán.

Además de su trabajo como arquitecta, Zaha Hadid exploró, como todo genio, otras áreas de la creatividad. Aplicó su estilo a muebles, zapatos, joyas y la ropa con la que se vestía. Desafiando aquel prejuicio de que “solo enseñan los que no saben hacer”, Hadid compartió su conocimiento en los claustros universitarios: dio clases en la Escuela de Diseño de Harvard, la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Illinois, entre otras importantes universidades del mundo. 

En 2016, Hadid falleció por un ataque cardíaco. Tenía solo 65 años. Aunque su carrera se truncó en el momento más alto, su legado durará por generaciones. En el mundo árabe, y fuera de él, muchas mujeres se inspiraron en ella para estudiar arquitectura o para romper los límites de esta profesión.