Muchos padres lo intuían y la ciencia lo ha confirmado: jugar es una de las mejores —quizá la mejor— forma de aprender. “Aprender jugando” puede tener grandes beneficios. Un estudio de la Escuela Superior de Educación de Harvard en conjunto con la fundación LEGO crearon el proyecto PZ, dedicado a analizar la pedagogía del juego.
Es una gran ventaja porque jugar es una de las mejores partes de la infancia. Los beneficios del juego no solo son la diversión y los buenos recuerdos que ocasionan correr, esconderse, interpretar roles, entre otras. Las actividades lúdicas también benefician el desarrollo y aprendizaje de los más pequeños.
A continuación te presentamos 5 beneficios que tiene la teoría del “aprender jugando”.
Estimula el desarrollo cerebral
Los cerebros infantiles tienen muchas conexiones cerebrales, por esto, la información procesada durante estos años es fundamental para su desarrollo.
Científicos en Brasil han encontrado que los ambientes lúdicos pueden alterar la fisiología y la química del cerebro infantil y beneficiar el procesamiento cognitivo.
Por esto, no hay que esperar hasta que los pequeños hablen o caminen para proponerles juegos. Estimular el tacto, la vista, el oído y los otros sentidos del recién nacido a través de actividades sencillas es muy importante.
Disminuye el estrés
Según la Academia Americana de Pediatras, la alegría y la interacción cara a cara que ocurren durante el juego fomentan relaciones seguras que disminuyen el estrés y generan resiliencia en los pequeños.
En un estudio con preescolares de 3 a 4 años, 15 minutos de juego ayudaron a disminuir su ansiedad por entrar a clases. Mientras, otro grupo de niños no mostraron los mismos beneficios cuando se les leyó un cuento.
Promueve el control de impulsos y la regulación emocional
En un estudio, psicólogos de Nueva Zelanda encontraron qué los niños que realizan más juegos de rol son mejores regulando sus emociones.
En estos juegos los pequeños imaginan ser otros y de esta forma fortalecen su empatía. La regulación emocional es una habilidad esencial para la escuela y para la vida. Los niños con buena regulación pueden esperar, resistir la tentación y procesar mejor los retos del aprendizaje.
Fortalece la empatía y las habilidades sociales
Socializar es muy importante para el bienestar humano. Estudios han encontrado que la cantidad y la complejidad de los juegos de rol jugados por niños preescolares predicen significativamente sus habilidades sociales.
Los juegos les enseñan a los niños a cooperar, seguir las reglas, desarrollar autocontrol y, por lo general, a llevarse con otra gente.
La negociación que implica ser parte de cualquier actividad lúdica también es una habilidad crucial para el desarrollo social de las personas.
Fortalece las relaciones compadres y otros niños
Los padres que juegan con sus niños desarrollan vínculos fuertes con ellos. Hasta el juego más sencillo puede convertirse en un momento memorable para ambas partes. Estas interacciones positivas dan confianza a los niños y les ayudan a madurar.
Debido a estas y otras razones, es importante que los niños tengan tiempo para jugar y que nosotros tengamos tiempo para nuestros niños.
No está demás subrayar que estos beneficios mencionados ocurren en el juego cara a cara. Los dispositivos digitales son grandes herramientas pero, no existe una app que se compare con un patio de juegos y muchos niños correteando.