Blog Uribe Schwarzkopf

De la rockola a Spotify, un recorrido a pura música

Escrito por Uribe Schwarzkopf | 28 mayo 2021

La cultura y la tecnología históricamente se vieron ligadas, ayudándose mutuamente en un proceso de evolución. Sin cultura, no existiría la tecnología y sin tecnología la cultura, en muchos casos, podría verse limitada. 

La música es un claro ejemplo de ello, ya que ha sufrido un fuerte proceso de transformación positiva, que funcionó como un puente y le permitió globalizarse y llegar a los oídos de todo el mundo con tan solo un simple click.

La música ha transitado un largo camino desde la voz y la percusión corporal, como sus inicios en las primeras civilizaciones, hasta reconvertirse y amoldarse a artefactos tecnológicos para su divulgación y reproducción como hoy en día lo es la aplicación de Spotify.


Un invento para Apolo

Si Apolo -el dios de la música- fuese un dios contemporáneo de finales de los años 60 y 70, se hubiese extasiado con esta época. La cual experimentó el boom de una de las más grandes creaciones de la cultura y el arte, más específicamente, de la música.

Es imposible pensar en un escenario típico de estos años sin la presencia de una rockola en cada bar, ambientando el espacio, divirtiendo a la juventud de este tiempo.

La rockola, sinfonola o tragamonedas es un aparato que contiene un tocadiscos automático y una colección de canciones que se reproducen cuando el usuario introduce una moneda y selecciona el disco que quiere escuchar. 

Se trata de un mueble grande, con la parte superior redondeada y muchas luces de colores que le ofrecen vitalidad y energía (algo muy característico del contexto en el cual nace). La selección de canciones, se hace por medio de botones que al combinarse indican el disco, la cara o track que se desea escuchar.

 

 

 

Los orígenes de la diversión

Todo comenzó en 1877 cuando Tomás Alva Edison inventó el fonógrafo. Poco después, en noviembre de 1889, el empresario Louis Glass, compró una de estas máquinas de Edison,  le anexó una ranura tragamonedas y la instaló en el Salon Palais Royale, en San Francisco.

Esto llamó la atención de muchas personas y se convirtió en una verdadera novedad, logrando largas filas de gente que pagaba 5 centavos para poder escuchar la melodía de dos minutos que ofrecía esta máquina estrella. 

La noticia de esta sorprendente reproductora musical tomó vuelo y se propagó por todos Estados Unidos, haciendo que muchos bares copiaran la idea. Fue a partir de esta popularidad que, poco tiempo después, surgió la primera rockola de verdad: La Automatic Entertainer.

Luego de la Segunda Guerra Mundial, las ventas de tragamonedas fueron enormes. Las máquinas para entonces, ya habían entrado en México y estaban por todo el mundo. Las diferencias entre las rockolas de los años treinta y la M100 de finales de los cincuenta e inicios de los sesenta, tenían que ver con la cantidad y capacidad de discos y canciones, ya que esta última podía tocar hasta 100 canciones.

 

 

Una época soñadora

Los 60 y los 70 fueron los años de la contracultura por excelencia. Una época de cambios, sueños y revolución. También de lucha, manifestación y confrontación.

Fueron años valientes que encontraron en la polaridad ideológica y política una fuente de inspiración y creatividad que al día de hoy sigue apasionando a muchas personas. Luchas por derechos civiles, la descolonización e independencia de diversos países, movilizaciones pacíficas, el Mayo Francés, el ecologismo y el feminismo fueron algunos de los tantos hitos que surgieron en este período histórico.

Una fuerte incidencia de los medios de comunicación, del movimiento hippie, el rock and roll y las drogas psicodélicas también fueron parte de esto y llevaron junto a todo el contexto social y político a trabajar en un proceso creativo sin igual, a los artistas contemporáneos. 

La música tenía propósito, consistencia y mensajes. Decodificaban en melodías y palabras algo claro: la voz de una minoría o sector del pueblo, los deseos de la gente y los sueños de muchos aquellos que vivieron estos años.

Toda la vorágine vivida, quedó plasmada en diversas expresiones artísticas, entre ellas: la música. Lo que aportó a que se mantenga en el tiempo como un boleto al pasado y una fuente rica de conocimientos históricos.

 

 

Sin dejar de sonar en la cabeza

Los 60 y los 70 fueron, quizás, el legado musical más fascinante que podemos atesorar al día de hoy. En un contexto de cambio y revolución, salieron a la luz artistas del más alto calibre, reconocidos por el mundo entero y parte, sin excepción, de las playlists que diariamente nos acompañan en cualquier momento de la vida.

Jimmy Hendrix, The Beatles, Led Zeppelin, Janis Joplin, The Rolling Stones, Pink Floyd, The Police, son algunas bandas tesoro de tantas que siguen conquistando el mundo actual.  

Estrellas del rock que marcaron y siguen marcando generaciones gracias a los avances de la tecnología vinculados a la música y su industria discográfica. Tecnología que ha permitido evolucionar la forma de escuchar, conocer y distribuir música.

 

 

Atrás quedaron los tiempos en los que ser melómano era aproximarse a ser un dios de la música que sabía, reconocía, enseñaba y conectaba a este mundo a través de sus conocimientos. 

Y, si bien, el pasado mantiene intacta su magia, su energía y todo el legado musical que nos ha regalado, es innegable que algunos avances hacen más ricas las oportunidades de conocer y descubrir nuevos sonidos.

Spotify se ha convertido en la enciclopedia musical más exitosa del mundo, ofreciendo sonido de calidad, infinidad de discos de diversos artistas y la oportunidad de adentrarse en un buceo por las profundidades de diferentes géneros y estilos.

Si te encuentras con ganas de explorar o simplemente encontrar la música ideal para cada momento de tu día, te invitamos a que des play a nuestras playlist perfectamente curadas que, en Uribe Schwarzkopf, hemos creado en Spotify para ti.

Todo avance tecnológico es positivo si permite crear un puente entre pasado y presente, haciéndolo más cercano y ofreciendo la libertad de explorar por las culturas del mundo, su arte y cada una de sus historias.