Safdie Architects es un estudio de diseño impulsado por el espíritu de la innovación. Su trabajo se basa en el principio de que la arquitectura debe ser atemporal, conectada con la naturaleza y profundamente humana.
Su filosofía de diseño se resume en una poderosa metáfora del fundador del estudio, Moshe Safdie: "Para todos un jardín". Esta simple noción ve a la arquitectura como el acto de crear espacios significativos que sirvan como catalizadores para una vida pública vibrante.
El estudio tiene proyectos en todas las tipologías, escalas y geografías, pero mantiene una práctica intencional que responde a los contextos locales y tiene un enfoque ágil y personalizado. Su trabajo ha entregado algunas de las comisiones más imaginativas del mundo. Entre ellas, el Aeropuerto Jewel Changi y el barco flotante de Marina Bay Sands.
En los últimos 10 años, la firma ha diseñado y realizado construcciones por más de 15 mil millones de dólares, y sigue creciendo. Este trabajo global se maneja desde una oficina pequeña en Boston, Estados Unidos, y sus satélites en Jerusalén, Shanghái y Singapur. Todo es diseñado, administrado y ejecutado por un equipo que no supera las 70 personas.
¿Cómo lo logran?
Según Chris Mulvey y Sean Scensor, dos socios de la firma, el estudio ha desarrollado un enfoque de “grandeza compacta”. Combinan en su trabajo la atención de un pequeño estudio de diseño con la capacidad y el alcance de una mega práctica global. Construyen con “la pasión y la energía de un restaurante Michelin, con la mirada puesta en la calidad y la excelencia”.
Este método y esta mentalidad les permite competir contra gigantes corporativos o estudios de diseño con decenas de oficinas regionales y cientos de arquitectos. Además de construir proyectos de miles de metros cuadrados, controlando la calidad en 12 zonas horarias.
Scensor dice que para lograr una hazaña como esta es necesario un equipo increíblemente talentoso que opere en sintonía. Cuenta que Moshe Safdie, el fundador, permanece activo en todos los proyectos y continúa íntimamente involucrado en el proceso de diseño. Además, buena parte del grupo central de socios han trabajado durante más de 20 años en la firma.
Control de calidad global
Para asegurar el control de calidad sobre cada uno de sus proyectos, los arquitectos de Safdie Architects viajan frecuentemente y, en algunos casos, se reubican durante períodos prolongados en oficinas de otros países. Para que el despliegue de recursos sea ágil y práctico, se necesita un concentrado esfuerzo estratégico.
Otro ingrediente importante es elegir a socios sobresalientes, que les den tranquilidad sobre el destino de sus diseños. También eligen sus proyectos y clientes cuidadosamente basados en la calidad por encima de todas las cosas.
Según Scensor solo aceptan proyectos cuándo pueden “lograr la calidad tanto en el diseño como en la construcción”, lo que significa que están muy involucrados en el sitio durante la construcción. Incluso cuando trabajan a gran escala, se mantienen atentos a los detalles y la artesanía.
Motivar el crecimiento
Para motivar la colaboración, la crítica constructiva y optimizar el talento, todos los socios de la firma comparten la propiedad de la empresa y las compensaciones. Según Chris Mulvey esto les incentiva a trabajar de manera colegiada, compartir consejos y gestionar proyectos de manera óptima, aprovechando las fortalezas de cada uno.
También señala que las ganancias se reinvierten en gran medida en la empresa, lo que les brinda los recursos para realizar investigaciones, exhibiciones, publicaciones, mantener un archivo e invertir estratégicamente en los miembros del equipo. Esto, a su vez, atrae y retiene a nuevos talentos.
Para Safdie Architects el diseño no es un producto barato. Esta firma cree en la integridad de su profesión y, como dice Scensor, sus socios trabajan con la intención de “generar un impacto duradero, a escala”.
Safdie Architects en Quito
QORNER, El edificio diseñado por Safdie Architects y construido por Uribe Schwarzkopf es una de las principales estructuras residenciales de Quito.
Está en una esquina estratégica frente al Parque de la Carolina. Su diseño fusiona el interior con el exterior para que sus 24 pisos de viviendas tengan una sinergia natural con el parque y las montañas circundantes.