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Sez - Zindler: el atelier donde se escriben historias

Escrito por Uribe Schwarzkopf | 28 octubre 2021

Tiene 27 años, está casada y tiene dos hijas preciosas. Sarah Erazo Zindler es ambiciosa, perseverante y jamás se ha quedado quieta en su vida. Hoy mira a su alrededor y con orgullo presenta su estudio de diseño, un sueño hecho realidad y donde ahora reposan sus telas, hilos, tijeras, agujas, cierres, botones y sobre todo cientos de bocetos de sus diseños originales donde los plisados marcan su huella y son los que mandan.

“Desde muy chiquita lo tuve claro, siempre quise ser diseñadora. Por eso a penas me gradué del colegio me fui a estudiar el bachelor en Diseño y Tecnología a Paris”. Una experiencia muy enriquecedora en todos los aspectos, académicos, profesionales, sociales y humanos, estar en la capital de la moda fue el punto clave, “ahí era donde tenía que estar. Después me fui a Barcelona a hacer un postgrado para especializarme en Diseño de Vestidos de Novia. Me encantó y me quedé estudiando una maestría en Gestión y Dirección de empresas”, porque siempre estuvo en sus planes tener su propio taller y para hacerlo bien había que prepararse. 

A su regreso a Ecuador, con su hija mayor en brazos, comenzó de inmediato a dar vida a sus creaciones, “puse mi estudio en la sala y cocina de mi casa, tenía 3 clientas y fue en medio de la pandemia que decidí lanzarme con mi primera colección formal y abrir las puertas de mi estudio”.

 

Así es Sarah, una mujer sin titubeos que narra sus rápidos, pero certeros pasos por el mundo de la moda, donde está dejando huellas importantes que ahora la distinguen en una industria bastante compleja y competitiva, pero llena de magia y creatividad, donde sobreviven quienes realizan un trabajo original y de calidad.

Su principio número uno, jamás confecciona algo que no sea suyo, es muy respetuosa con los diseños de sus colegas y trabaja de manera personalizada. “Cada pieza es hecha para cada una de mis clientas”, dice Sarah, quien enfatiza en su regla de que copiar diseños está mal, se debe respetar los derechos de autor.

Un año lleno de aprendizajes, donde esta diseñadora quiteña, de madre alemana y padre ecuatoriano, ha querido tener claro como funciona la industria de la moda en el país, y cuyos orígenes le han dado esa sensibilidad exquisita que transmite en su creaciones, “tener la suerte de compartir mi sangre con dos culturas tan diferentes pero tan ricas, ha sido fundamental para mi desarrollo personal y profesional”.

Sarah Erazo Zindler 

 

Sarah se describe como una mujer tímida, de casa, muy creativa y extremadamente perfeccionista, “me gusta estar en mi atelier creando. Absorbí mucho de la profesión de mi papá, es arquitecto, y eso me ha ayudado en el desarrollo de mi trabajo. El apoyo de mi familia ha sido fundamental desde el día uno, jamás hubo dudas sobre mi vocación, mi papá siempre me dijo que estudie lo que yo quiera, pero que lo haga bien”.

Ser diseñadora es un don, “así como hay personas que tienen pasión por abrir cuerpos, yo no, yo tengo pasión por coser, no cuerpos claro. Tengo fascinación por el diseño, porque está en constante evolución, en permanente cambio”.

Para Sarah siempre hay algo nuevo por hacer, “yo me baso en lo que ya pasó, no busco tendencias, no hago lo que todo el mundo hace, no me interesa. Me gusta mucho ver hacia el pasado, porque creo mucho en los grandes diseñadores, ellos fueron los únicos que hicieron las cosas bien y no sé cómo lo hicieron, tan bien trabajaron que hasta ahora seguimos hablando de ellos”.

“Me gusta venir a mi taller, no es pesado, disfruto mucho lo que hago. Esta fuerza surge de la inspiración al ver por la ventana o al ir a un museo, talvez disfrutando un plato de comida. Sale de muchas partes y a veces solo surge”. Ella lo vive, lo siente y mantiene una conexión con sus clientas que es muy especial, porque en el taller de Sarah no solo se hace ropa, es mucho más, aquí se crean historias.

 

Sarah nunca suelta su sketchbook, ahí plasma sus mejores ideas para luego darles vida entre telas de lino y fibras naturales, y sus ya distintivos plisados o pliegues hechos a mano, y que son únicos en la industria de la moda. “Eso y nuestro concepto como de trabajar con material 100% natural en todas las colecciones, incluida las de novias es nuestro valor agregado. Así aportamos un poco a no dañar el planeta dentro de una industria que genera muchísimo impacto negativo y la calidad, nada es mejor que una tela 100% natural, por eso escogí el lino, además por se súper versátil, para todo clima y ocasión”.

Su primera aparición pública en Ecuador fue en el 2016 en Runway, una plataforma de moda muy bien organizada que abría espacio a nuevos diseñadores, “me animé y puse en escena mi colección basada en la vestimenta de la mujer otavaleña en versión moderna, con este trabajo me gradué en París, y me compraron un poncho con bordados únicos elaborados a mano, esa fue mi primera venta”, recuerda Sarah con mucha nostalgia pero llena de orgullo por todo lo que está alcanzando. 

Sin dudarlo, a Sarah le brillan sus ojos cuando habla de su obra maestra hasta el momento, su vestido de novia, “lo diseñé yo, fue complicado porque soy súper exigente, pero cómo me iba a comprar uno, si yo hago vestidos de novia”. 

SEZ cuenta con un as bajo la manga, Norma, ella confecciona con Sarah, y es la pieza fundamental de su atelier, juntas dan vida a los diseños más innovadores y atrevidos por el uso de colores no tradicionales y que rompen con lo establecido. Tras un año de haber abierto sus puertas y a punto de salir con su tercera colección, Zarah sabe que aunque todo haya fluido hasta hoy, tan naturalmente, no deja de ser relevante el marketing y la comunicación para vender sus productos, “por ahora lo trabajamos todo internamente, nos hemos dado a conocer por la experiencia positiva de mis clientas”. Su propuesta es clara, no al fast fashion, no a las prendas en serie y no a la inmediatez, “sé que puede ser difícil entender mi formato de trabajo, es volver a lo de antes, esperar un par de semanas para tener el vestido de tus sueños, pero vale la pena”.

El taller sigue creciendo, la confianza y el cariño son los elementos diferenciadores que la une a sus clientas y eso es invalorable, “todo toma su tiempo y lo estamos haciendo bien. Nuestras clientas satisfechas son mi mejor publicidad, les gusta el concepto y el diseño. Siempre les digo, yo nunca voy a bajar la calidad, hago piezas únicas, cómodas y que duran por mucho tiempo”.

 

 

 

La nueva colección y próximos pasos…

No usaré lino (solamente).

Piezas que rompen con los tamaños y colores no convencionales: mostaza, lila.

Cortes más arriesgados.

Seguir satisfaciendo a mis clientas, pero mantendré mi estilo, no puedo cambiarlo.

Se viene la próxima colección de novias (ZINDLER).

Vender fuera del país (Europa: París, Barcelona, Alemania).

 

 

“Seguiré asesorando a mis clientas, no les vendo porque sí. Conversamos, nos conocemos, les presento una colección base y juntas  creamos su pieza única”. 

 

¿Dónde encontrar SEZ y ZINDLER (novias)?

IG: Sarah Erazo Zindler

TW: @saraherazoz

Atelier: Av. Pampite C.C. Centro Comercial Plaza, piso 2, local 210 (Cumbayá)