Su mundo atrapa desde que abre la puerta de su casa en pleno corazón de Quito, en donde vive hace más de veinte años. Está rodeada de arte, de piezas que cuentan historias propias y ajenas, historias donde ella es la protagonista de un trabajo meticuloso, un trabajo bien hecho que transmite experiencia, sueños y marca un antes y un después en el mundo de la cerámica en el país.
Tiene 84 años, un hijo y una hija, es argentina y lleva en el país desde siempre. Es una maestra en su oficio, el cual lo aprendió ella sola, es autodidacta, pero sabe que no podría enseñar porque “no tengo paciencia”, ríe con ganas. Ahora damos paso a una mañana mágica en la que navegamos entre recuerdos, arte y nos perdemos entre el polvo de su taller, donde descansan de manera perfecta, cada uno de los materiales que dan vida a sus obras, ésas que guardan su firma por siempre.
uSpots: ¿Cómo nace tu afición por la cerámica?
Delia Duhau (DD): Desde niña he querido hacer cerámica, siempre jugaba con el barro, para mis papás yo debía ser profesional y yo no quería eso, salía las tardes y buscaba la arcilla, eso quería. Con el paso del tiempo fuimos con mi marido e hijos pequeños a Estados Unidos y tuve que trabajar, con mucha suerte conseguí un trabajo en el taller de cerámica de una señora inglesa encantadora, y a la vez que me pagaba yo aprendía un montón. Ahí tomé de nuevo el impulso, la energía y la fuerza que necesitaba para volver a mi esencia. Luego mandaron a mi marido a Ecuador -la OMS- y aquí vine con mi horno, una maravilla. Aquí en esa época nadie hacía cerámica, debía importar los materiales de Perú, me involucré en el mundo del arte y exploré diversas disciplinas, hasta tomé clases de dibujo con Oswaldo Viteri, pero siempre volvía a la cerámica.
uSpots: Posturas contrapuestas, tu trabajo expresa ambos extremos, la fuerza y la delicadeza ¿cómo lo logras?
DD: Porque el alma de las técnicas para hacer cerámica son el fuego, la fuerza, el tiempo y al final la delicadeza de los dibujos y detalles.
uSpots: ¿Qué rol juega el color en tu obra?
DD: Yo no utilizo mucho color, me gusta pero no lo uso en la cerámica. Mis hijos siempre me exigen pero no me gusta, a mi me nace el azul y los colores de la tierra, los naturales.
uSpots: ¿Cómo defines la estética?
DD: Yo hago lo que me sale. Me inspiro por alguien o por algo, lo modelo y listo. Es natural, lo que me gusta pasa, lo que no, vuelve.
Lo que más me gusta hacer son las cosas utilitarias, comencé a hacerlas hace seis años.
uSpots: ¿Con qué material te gusta trabajar?
DD: Con el barro. Pero también coso, ahora hago “Las cuidadoras de libros”. Viste que cuando uno tiene una biblioteca siempre llegan los amigos que te piden que les prestes un libro y después jamás te lo devuelven, se llevan el libro en tu cara. Así saqué las cuidadoras y son para que los custodien, hago su cabeza, sus pies y manos, y el resto coso.
uSpots: ¿Qué buscas transmitir con tu obra?
DD: Nada especial pero cada pieza cuenta una historia, tienen que tener una historia, es el caso de los “Escarabajos”, son seis, van dentro de una caja que los guarda y que da soluciones a los problemas. Deben ser personales y jamás hay que prestarlos. Viene con su leyenda.
uSpots: ¿Cuál obra que has hecho es la que más orgullo te provoca?
DD: “La Tristeza”, una pieza que hice para el Banco Central luego de la guerra de Paquisha, y “La Manuela”, que me inspiró una chica que trabajaba en la casa de Luce DePerón, cuando monté la exposición llamamos a Manuela y cuando se vio se identificó sin problema. Esa exposición fue maravillosa, la exposiciones es lindo hacerlas, pero es mucho trabajo, ya no las hago. En las ferias sí me gusta estar, porque una se ve con mucha gente, sobre todo ahora que una está tan sola.
uSpots: ¿Cómo te sientes cuándo tu trabajo está terminado?
DD: Me gusta, me quedo satisfecha o no.
Delia crea todo lo que le piden, nunca se queda haciendo un sólo trabajo, además ella moviliza el oficio de varios artesanos de diversas zonas del país que fabrican sus cajas y empaques a mano donde guarda sus obras.
Vajillas, retablos, casas diminutas, plazas, iglesias, muñecas cuidadoras de libros, escarabajos que resuelven problemas, la fauna del Oriente, de la Sierra y de Galápagos, son parte del sinnúmero de piezas que crea esta fantástica ceramista. Piezas únicas creadas a mano una a una, que transmiten pasión, perseverancia y perfección. Su obra las vende ella misma o en ferias -antes las encontrabas en Olga Fisch, Guayaquil, Galápagos, etc.- y garantiza calidad y originalidad exclusiva.
Delia está clara que hubo que migrar a la funcionalidad, así llegó a las vajillas, con piezas delicadas y de una belleza indiscutible.
Contacto: 0995784550
