Esta magnífica pieza de la rica historia de Escocia, se encuentra en lo alto de un impresionante volcán extinto de 700 millones años de edad, en la colina Castle Rock. Una colina que ha sido habitada desde la Edad de Bronce, alrededor del 850 aC.
Gracias a la buena conservación de la mayor parte del edificio y sus impresionantes estructuras defensivas, el Castillo de Edimburgo es una de las atracciones más importantes y visitadas de la ciudad.
El maravilloso Castillo de Edimburgo fue construido a principios del siglo XII en memoria de la reina Margarita. Debido a su posición geográfica y estratégica, como puerta de entrada a Escocia desde Inglaterra, ha sido utilizado en diversas ocasiones como objeto de fuertes disputas militares a lo largo de su historia. Esto, ya que durante muchos años ha jugado un rol primordial para mantener el control del territorio de Escocia.
Tres de sus lados se hallan protegidos por abruptos acantilados, y el acceso al castillo se limita a una sola calle de pronunciada pendiente al lado oriente del edificio. Como si uno se adentrara por la maravillosa calle de baldosas amarillas del Mago de Oz, la Royal Mile abre paso hacia el alucinante Castillo.
Desde su entrada principal pueden observarse las estatuas de los héroes de la independencia escocesa: William Wallace y Robert Bruce. Sobre su puerta, el lema nacional de Escocia: “Nemo me impune lacessit”, que significa “Nadie me ofende impunemente”.
Se trata de uno de los castillos y obra arquitectónica más importante por su ostentosa historia y su permanencia en el tiempo.
El guardián de la historia escocesa
Aunque no se sabe muy bien sobre sus inicios y función, el castillo data del siglo VI. Época donde aún Edimburgo no era capital de Escocia, ésta se encontraba donde se situaba el rey y su corte. Fue a finales de la Edad Media que se trasladó allí y en el siglo XI el castillo se convirtió en la residencia favorita de los reyes escoceses.
Fue en ese imponente castillo donde St. Margaret murió, según dicen, de dolor de corazón, poco después de enterarse de la muerte de su esposo, el Rey Malcolm III y su hijo mayor, en 1093.
A lo largo de todos estos siglos el castillo ha sido utilizado como prisión, residencia real y guarnición del ejército. Esto lo convierte en el castillo más importante de toda Escocia y ha estado en el centro de múltiples guerras, después de haber sido atacada y sitiada numerosas veces.
Este histórico legado de Edimburgo, fue escenario de importantes acontecimientos. En sus salones yacen las pinturas que recrean las luchas contra los Normandos, las invasiones del siglo XVII y las batallas contra los ingleses.
En su interior se pueden contemplar varias exposiciones como los Honores de Escocia, donde se encuentran las joyas de la Corona Escocesa y los objetos del Tesoro Real Escocés, también el Memorial Nacional de la Guerra de Escocia, el Cañón de las trece horas el cual todos los días confirma la hora.
Otro de los más importantes atractivos es la Piedra del destino, sobre la que se realizaron las coronaciones a todos los monarcas de Escocia, hasta que luego los ingleses la secuestraron en 1296, en la Abadía de Westminster, más conocida como la Capilla de Santa Margarita.
Dicha capilla, data del siglo XII, es la construcción más antigua que se conserva en Edimburgo y se encuentra ubicada en la parte alta del castillo. Fue construida por el Rey David I en honor a su madre la Reina Margarita. Esta antigua capilla, permaneció oculta durante siglos, utilizada como polvorín, hasta su redescubrimiento en 1845.
Un importante atractivo, que le debe todo a su magnífica historia. Símbolo de lucha y resistencia, se eleva en lo alto del volcán hasta nuestros días, como una de las obras de arquitectura más majestuosas del mundo.
