Las ciudades atraen a millones de personas por las oportunidades que ofrecen. Al confluir tantos en un solo sitio, el crecimiento metropolitano produce retos que deben ser atendidos con urgencia; entre ellos, la densificación poblacional y la movilidad. Joseph Schwarzkopf, gerente de Uribe Schwarzkopf, conversó con los periodistas de Radio Visión sobre la ciudad, sus retos y sus proyecciones del futuro.
La entrevista se dio el 23 de marzo del 2022. Estas son algunas de sus reflexiones.
¿Quito está preparada para una densificación habitacional de su hipercentro?
Sí, está preparada sobre todo ahora con la venida del metro, que es la inversión pública más grande que ha hecho la ciudad. A esta, le acompañará la densificación de las nuevas centralidades que se van a formar, sobre todo, cerca de las estaciones del metro.
La gente va a querer vivir cerca de la eficiencia del transporte y tener, lo que en teoría se llama, una ciudad de 15 minutos. Es decir, una ciudad en la que todos los servicios y necesidades de la gente estén en un radio de 15 minutos para pasar menos tiempo en traslados y tener una mejor calidad de vida.
Siguiendo esa lógica de urbanismo, hay puntos de la ciudad que tienen que irse para arriba. Esto tiene que ir acompañado por buenos planes de movilidad, como el metro, que según el municipio, van a empezar a operar este año.
En Quito las personas invierten hora y media para movilizarse a su trabajo ¿En qué medida la proyección de la urbe debe apuntar a microciudades recorribles en quince minutos?
La arquitectura de todos los proyectos tiene que estar pensada en la gente que va a vivir en ellos. Hoy en día lo que la gente quiere es ahorrar tiempo y mejorar su calidad de vida. En base a eso, se diseñan los proyectos que ahora se están construyendo en la ciudad.
La gente quiere vivir cerca de todo: del colegio de sus hijos, del transporte público, de los espacios públicos y de los servicios. Cuando se diseña un edificio en altura, se piensa en todos estos conceptos porque la razón del diseño arquitectónico es centrarse en el cliente que va a vivir en ellos. Y las clientelas son muy distintas: hay gente soltera, familias, familias con hijos.
Hoy en día, al hacer estos proyectos, sobre todo en el área de Carolina, hay que enfocarse en los espacios públicos y en lo que estos edificios le brindan a la comunidad alrededor. Se piensa en crecimiento vertical pero también en las vías públicas y el transporte para movilizarse.
¿Cómo es la relación entre Uribe Schwarzkopf y las comunidades de base donde se asientan sus proyectos?
Depende, cada proyecto está en un barrio distinto con necesidades diferentes. Por ejemplo, en el sector de la Carolina, que podríamos llamar el hipercentro, las necesidades se centran en el espacio público.
Al hacer estos edificios en altura, hay una normativa, que me parece muy buena, de que todos tienen que aportar al entorno urbano y al espacio alrededor. Estos aportes están regulados por una ordenanza y por una fórmula de cálculo. Por esto, los constructores están incentivados a hablar con las comunidades.
En Cumbayá, por ejemplo, todos los proyectos que hemos hecho ahí tienen una variedad de obras públicas y de aportes urbanísticos que van a ayudar a la comunidad. Hoy estamos desarrollando un proyecto que se llama Botániqo que, en compensación por la edificabilidad que se le dio, tiene que construir una estación de transporte público, un parque, un bulevar y un conector escénico que une a todo un barrio con el centro de Cumbayá.
Estos aportes van más allá que solamente construir un proyecto, soterrar los cables y hacer a las veredas afuera. Sino que se implementan dentro de una comunidad y ayudan a que prospere dentro de los espacios verdes que están desarrollados en terrenos privados. Creo que es un ganar ganar para todos.
¿Qué criterios de ecoeficiencia guían los proyectos de Uribe Schwarzkopf?
Los proyectos que estamos construyendo tienen que compensar su impacto a través de una matriz de ecoeficiencia. Esta matriz te da un puntaje que te permite recibir la edificabilidad del municipio.
En esa matriz hay tres pilares: uso de energía, agua y calidad de vida de la gente que vive en ellos. Todos los proyectos que desarrollamos cumplen con esta matriz en diferentes puntajes.
Los nuevos edificios tienen ahorro energético. Por ejemplo, ahora estamos trabajando para que un edificio de 300 departamentos tenga luz de un campo fotovoltaico al 100%. Esto significa que utilizará la luz de la red de la empresa eléctrica pero con energía solar.
Están los sistemas de captación de lluvia para recircular esa agua en los inodoros de los departamentos. También se hacen plantas de tratamiento para que el agua que sale de los edificios al alcantarillado salga totalmente limpia
También, por ejemplo, se colocan vidrios con láminas a través de las cuales no pasan las radiaciones UV y no afectan la salud de las personas. Entonces, hay temas que con los avances tecnológicos y de diseño se implementan en cada edificio.
El 100% de los proyectos que implementamos son ecoeficientes y tienen algún tipo de certificación ya sea EDGE o LEED.
