El mundo está de frente a la creciente tendencia de la arquitectura paisajista. Un arquitecto paisajista debe planificar, construir y manejar los espacios abiertos como parte del sistema natural y humano. Es un trabajo responsable que incluye lo ambiental, social y cultural.
Los beneficio que trae consigo esta disciplina son muchos, pues es la forma adecuada de contribuir a la sustentabilidad de un espacio, donde se debe aplicar técnicas verdes que impulsen a recuperar el patrimonio y establezcan un modelo de conservación ambiental, reconociendo elementos locales de cada entorno.
Las propuestas de paisaje se basan cada vez más en la ciencia y la tecnología avanzadas, para predecir cómo las intervenciones ecológicas podrían alterar un terreno, y determinar qué medidas producirán el mayor beneficio tanto para los humanos como para la naturaleza. El ideal contemporáneo de praderas silvestres y bosques biodiversos puede existir libre de influencias externas, pero el camino para llegar allí requiere asistencia.
Esta tendencia es poderosa cada día más, pues busca devolver al medio ambiente de nuestro entorno su origen verde, pero hay que hacerlo en su forma original o adaptarla para un futuro climático cada vez más incierto.
Los precursores de la Arquitectura Paisajista
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John Claudius Loudon, Reino Unido. Botánico, arquitecto paisajista y periodista escocés cuyos escritos promovieron ideas de parques públicos, jardines privados y arquitectura doméstica en gran parte del mundo occidental en 1803.
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Frederick Law Olmsted, Central Park de la ciudad de Nueva York.
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André Le Nôtre, Versalles de Luis XIV.
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Ian McHarg.
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Roberto Burle Marx.
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Norman Foster.
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Piet Oudolf.
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Martha Schwartz.
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Doug Farr.
La clave está en nuestras manos, se debe prestar atención a la flora y a la fauna locales, y a los patrones de plantas autóctonas. A finales del siglo XIX, el movimiento Arts & Crafts hizo que los paisajes planificados comiencen a reflejar e incorporar con mayor precisión su entorno, para transformarse en espacios verdes urbanos de arquitectura exuberante en muchas ciudades.
El paisaje y la arquitectura están más entrelazados que nunca debido a los cambios climáticos en todo el planeta. Un número cada vez mayor de prácticas arquitectónicas, dedican su tiempo y esfuerzos a proyectos de rehabilitación holística que involucran métodos científicos altamente especializados para pasar de un lenguaje de diseño, a uno que centra la simbiosis ecológica.
Las ecologías nativas dentro de contextos construidos, pueden proporcionar el arranque perfecto para el desarrollo responsable de los seres humanos y su entorno frente a lo que está por venir.
Fuente: ArchDaily.
