Andalucía es una tierra donde han convivido históricamente diversas corrientes artísticas, procedentes de Occidente y de Oriente, transformadas en esencia andaluz. Se trata de la comunidad autónoma con mayor número de habitantes y la segunda de España en superficie.
Diversos elementos procedentes de varias etapas históricas, se han convertido en su propia identidad, donde el contraste entre la exaltación de las formas decorativas y la simplicidad de las estructuras es su principal característica.
La arquitectura del Mediterráneo es una arquitectura clásica. Aquella que nace de la mano de los griegos y que ha sido preservada por todos los pueblos mediterráneos, y hasta ser desarrollada por los romanos.
Se trata de una vasta región compuesta de construcciones clásicas que se ha enriquecido a lo largo de toda su historia por el paso de las culturas árabes y del norte de África.
Orígenes y evolución andaluza
La historia de Andalucía surge primero como región castellana y después de España, en el siglo XIII con la reconquista. Es por ello que desde la prehistoria esta tierra es zona de cambios, modificaciones y crecimiento que se puede vislumbrar a través de sus creaciones artísticas y arquitectónicas.
De la prehistoria se conservan importantes ejemplos de la cultura del megalitismo, como el Dolmen de Menga de Antequera, monumento declarado Patrimonio Mundial. Por otra parte, de la arquitectura romana destacan las ciudades de Baelo Claudia o Itálica, además de notables monumentos en Málaga, Córdoba, Ronda o Carmona.
Desde la edad media y hasta la actualidad de Andalucía, su arquitectura ha evolucionado hasta convertirse en escuela y cuna de civilizaciones y estructuras tanto para edificios religiosos y seglares. Es por ello que su identidad se refuerza, repite y propaga en toda la sociedad. Un ejemplo son los característicos arcos califales que son parte tanto de la mezquita de Córdoba, como de los hogares y también los palacios.
Iniciando la Edad Moderna, el renacimiento y el barroco se apropiaron de la arquitectura y tomaron el protagonismo con gran esplendor en innumerables edificios y construcciones tanto civiles como religiosas, las cuales han sido levantadas gracias a las cuantiosas riquezas aportadas por el comercio con América.
El rico e importante patrimonio arquitectónico de Andalucía visibiliza el crisol de culturas que han confluido en la región. Una amplia diversidad que nace, entre tantas cosas, de la intensidad bélica de muchos momentos de su historia. Ya que se trata de un territorio que en múltiples ocasiones, fue tierra de frontera y hogar de los principales conjuntos de castillos y fortificaciones de toda Europa.
Roma, la Península Ibérica, el renacimiento y el barroco, son las grandes figuras que han aportado los más importantes monumentos culturales e históricos. La Mezquita de Córdoba, el Palacio de Medina Azahara, las alcazabas de Málaga y Almería, el Alcázar de Sevilla y la Alhambra de Granada ejemplifican lo mejor de todo su legado.
Andalucía es una maravillosa región que ha logrado fortalecer su concepto de identidad a través de la historia. Ha atesorado en todos sus años un abundante e importante legado arquitectónico.
