Si algo nos ha quedado claro hoy en día, es que los hogares están asumiendo un rol mucho más trascendente en la vida cotidiana de las personas. Diversas situaciones actuales son las que han puesto en manifiesto la importancia de contar con un espacio cómodo y acogedor para vivir.
Al pensar en el hogar no sólo como un lugar habitable en determinadas horas del día, sino como el espacio por excelencia donde descansar, estudiar, trabajar y disfrutar de buenos momentos, es importante adecuarlos estética y saludablemente, para una mejor estadía en ellos, esto se vuelve fundamental.
Existen diferentes maneras de establecer una relación entre la salud y los lugares que habitamos y frecuentamos. Una de ellas, es a través de la neuroarquitectura: una disciplina que aplica la neurociencia a la arquitectura con el fin de comprender cómo las personas experimentan y se relacionan con todo su entorno para así poder crear espacios que aporten experiencias más positivas en cuanto a la salud, el bienestar y la productividad.
A partir de estos estudios, es que se pueden pensar ciertos factores como fundamentales para hacer de los hogares un espacio saludable. Entre ellos, la decoración como un acto estético y saludable, la ventilación como primordial, los espacios abiertos y verdes como necesarios y la iluminación como fundamental.
A continuación 5 claves de un hogar benéfico para la salud de sus habitantes:
Si bien las plantas se han convertido en un elemento fundamental de la decoración vanguardista y moderna, guardan en ellas un valor mucho más trascendente y beneficioso.
Las plantas y flores, de diferentes maneras, aportan a la salud y bienestar, facilitan la concentración y el aprendizaje, colaboran con la productividad y disminuyen el estrés.
Además, son las encargadas de filtrar contaminantes del aire, aumentando su calidad en los hogares. Son diversas las especies que se adaptan muy bien a los interiores, convirtiéndolos en espacios acogedores y benéficos para la salud.
Plantas frondosas en el salón, aromáticas en la cocina y verdes para el dormitorio. Las hiedras, las cintas y los espatifilos tienen la capacidad de absorber los compuestos tóxicos del aire.
Una casa sana es aquella que cuenta o apuesta a generar espacios abiertos. Las zonas amplias y techos altos son muy beneficiosos ya que generan una sensación de confort, aportando amplitud y luz natural.
Los ventanales, principalmente, actúan como una apertura al exterior, ofreciendo vistas y accesos a la naturaleza del jardín, los árboles, las plantas o el parque, generando de esta manera, un efecto terapéutico en quienes habitan la casa.
La clave de la salud de un espacio cerrado, es que cuente con excelente ventilación y calidad de aire. Caso contrario en una vivienda, puede provocar diferentes problemas respiratorios y dermatológicos, además de accidentes domésticos.
Un hogar sano es aquel que evita que el aire se vicie en él, cuenta con una óptima ventilación haciendo que el aire circule y se renueve.
La luz natural es sinónimo de salud y bienestar. Una vivienda que en sus habitaciones cuenta con un buen porcentaje de luz natural, es un espacio sano para vivir.
Siempre que sea posible, es importante aprovechar la luz natural que proporcionan los ventanales de cada zona de la casa. En habitaciones poco iluminadas, una efectiva alternativa es equiparar esta ausencia con diferentes luces de bajo consumo o leds blancas, que simulan la luz natural y no causan dolores de cabeza y falta de concentración.
Finalmente, la clave quizás más fundamental de un hogar sano, es la de espacios verdes como parte de las viviendas.
La exposición a la naturaleza es indispensable para el bienestar de las personas. Como seres humanos tenemos una necesidad natural de querer y necesitar conectarnos con nuestro entorno, el medio ambiente y las diferentes formas de vida para encontrar de esta manera una forma de relajarnos, concentrarnos y renovar nuestra mente.
El contacto con la naturaleza puede ayudar a reducir los sentimientos de estrés, restablecer la capacidad de concentración y de prestar atención, y mejorar el estado emocional.
Además, son reguladores de la temperatura y la humedad. Producen oxígeno, filtran la radiación, absorben los contaminantes y amortiguan los ruidos. Además de convertirse en una zona de confort, relax y ocio.
Hacer de los balcones, terrazas y jardines un espacio verde para compartir y habitar es una de las claves de un hogar sano. Ya que permite un contacto directo con la naturaleza, desde la comodidad del hogar y sin necesidad de movilizarse.
Respetar las necesidades y proteger el cuerpo y la mente va mucho más allá del ejercicio y una buena alimentación. Justamente, se empieza por casa: un hogar cuidado, sano y limpio permite trasladar todas esas características positivas a la vida de quienes lo habitan.
Generar y elegir espacios sanos como hogar, es elegir calidad de vida. Atendiendo a esta necesidad primordial, es que en Uribe Schwarzkopf diseñamos nuestros edificios de la mano de reconocidos y admirados arquitectos del mundo, teniendo en cuenta parámetros elementales de la neuroarquitectura y ecoeficiencia.
Construyendo a partir de claves fundamentales como: espacios verdes y abiertos, iluminación natural y buena ventilación, que surgen de un diseño basado en la sostenibilidad y sustentabilidad.