La buena arquitectura siempre busca resolver las necesidades humanas. Como sabemos, sobre todo cuando estamos enfermos, la salud es invaluable. Por eso existen propuestas de diseño que se concentran en fortalecer la salud y el bienestar. La arquitectura salutogénica es un ejemplo.
La salutogénesis es una idea que nace de la obra de Aaron Antonovsky. Este médico investigó los efectos del estrés en diferentes situaciones. Trabajó con adolescentes, jubilados, enfermos terminales, entre otros pacientes. En sus estudios, Antonovsky concluyó que el estrés afecta a todas las personas, pero solo enferma a algunas.
En lugar de enfocarse exclusivamente en la enfermedad, Antonovsky se preguntó por los orígenes de la salud y su relación con el estilo de vida. El modelo resultante se llama salutogénesis, derivado de ‘salus’ que significa salud y ‘génesis’ que significa origen.
El origen de la relación salud y arquitectura
En lugar de tratar de curar a un paciente enfermo, la salutogénesis busca ayudar a las personas a enfrentar o mitigar los factores que causan la enfermedad. Para esto existe un concepto clave: el Sentido de Coherencia.
El Sentido de Coherencia es una medida de cómo las personas ven la vida y cómo mantienen su salud a través de un sentimiento de optimismo y control. Sus componentes claves son: comprensibilidad, manejabilidad y significado.
En la década de 1990, inspirado por la obra de Antonovsky, el arquitecto Alan Dilani sugirió que el método salutogénico se aplicara al diseño de las instalaciones de atención médica. Identificó factores de bienestar que respaldan el proceso de curación y los integró en el diseño físico de los espacios.
Si bien el diseño salutogénico se puede aplicar a cualquier estructura, se enfoca en hospitales y centros de atención médica, donde el entorno influye en la recuperación del paciente. Esta arquitectura fortalece el sentido de comprensión, manejabilidad y significado que ayuda a sanar.
Un espacio comprensible es mejor
Para el diseño salutogénico, un entorno ordenado, claro y estructurado crea bienestar. Los hospitales, en algunos casos, son como laberintos en los que es difícil comprender todo lo que pasa. Entre los exámenes, el ingreso y salida de personas y el cambio de habitaciones, los pacientes pueden sentirse desorientados.
El diseño puede crear espacios más comprensibles a través de colores, puntos de referencia y vistas de la naturaleza. Estas tácticas no solo ayudan a los pacientes a comprender su entorno, sino que también les dan confianza e iniciativa.
La naturaleza puede ser parte de los centros sanitarios de muchas maneras, ya sea integrando vegetación o utilizando pinturas, dibujos y pantallas que hagan referencias explícitas a elementos de la naturaleza con imágenes o formas orgánicas.
Arquitectura pensada para los pacientes
Los diseños tradicionales de atención médica han logrado que los espacios sean manejables para el personal. Es muy importante darles un sentido de control a los pacientes que, en muchos casos, han perdido la autonomía.
El diseño salutogénico está pensado para mejorar la sensación de independencia en los pacientes. Logra esto, por ejemplo, a través de ventanas y termostatos operables y fácil acceso a las instalaciones que hacen que los atendidos se sientan capaces de tomar decisiones para su salud y actuar en consecuencia.
Sentido de significado
Según Antonovsky, la certeza de que la vida tiene sentido promueve la salud. La fuente de significado de las personas generalmente se encuentra fuera del hospital: en la familia, los amigos, el arte, la música, los deportes o la religión. Esto hace que sea difícil establecer el significado en los centros de salud donde los pacientes están aislados.
El enfoque salutogénico se aleja del estereotipo de la arquitectura sanitaria gris e impersonal. Diseña centros de salud que pueden incorporar arte, espacios para la música y el apoyo social, y otros espacios recreativos. Los paisajes y la cercanía con la naturaleza sirven como distracciones positivas y tienen un efecto comprobado para impulsar la recuperación del paciente.
Algunos ejemplos de arquitectura salutogénica
La certificación WELL es uno de los estándares en diseño salutogénico. Hospitales como el General Universitario de Villalba o el Centro Médico Masó, o el Pyjama Garden, del estudio MVRDV, han aplicado los principios de comprensibilidad, manejabilidad y significado para construir espacios que, en medio de luz natural, cercanía con la naturaleza y buena arquitectura, ayudan a sanar.