Lo único mejor que tomar buenas decisiones es evitar las malas. En las finanzas personales, bastan un par de errores para que el ahorro y la inversión de años se pierdan en tiempo récord. Por esta razón, vale la pena repasar cuáles son algunas de las equivocaciones más comunes en este ámbito.
Gastos excesivos en innecesarios
Según Emily Norris, editora general de Traders Reserve, hasta las grandes fortunas se pierden un dólar a la vez. Los gastos innecesarios merman nuestra capacidad de ahorro y crean un patrón de consumo difícil de cambiar.
Esto lo sabe cualquier persona que haya tenido un incremento salarial. Antes de recibir esa cantidad extra parecía que solo faltaba un aumento para ahorrar, invertir o lograr determinadas metas financieras. Luego, el dinero llega y lo único que aumenta son nuestros gastos.
Las personas se acostumbran a lo que tienen. El universitario está contento con el café instantáneo pero cuando consigue su primer trabajo siente que es indispensable gastar en la cafetería de moda. Esa actitud puede durar décadas y es difícil de revertir.
En las finanzas personales la acumulación de errores y de aciertos tiene el empuje de las avalanchas. Por ejemplo, solo con gastar 25 dólares semanales comiendo afuera, perdemos 1300 dólares anuales.
Este dinero, ahorrado o invertido puede hacer una diferencia enorme con el paso de los años.
Gastos crónicos
Netflix, Spotify, gimnasio, clases en línea, son ejemplo de esas suscripciones que, sin darnos cuenta, pueden costarnos miles de dólares con el paso de los años.
Uno de los problemas con este tipo de gastos que, a la larga, se vuelven invisibles y difíciles de cortar.
Si gastamos en ropa o zapatos al menos podemos ver como se llena nuestro closet y, ojalá, darnos cuenta de que necesitamos un poco más de sabiduría en nuestro consumo. Con las suscripciones a cualquier servicio, club o publicación pasa lo contrario. Estos vampiros atacan mientras dormimos.
A esto se suma que algunas empresas usan estrategias de retención desleales, por decir lo menos. Seguro te suena la historia de alguien que pasó meses intentando salir de algún plan de telefonía o seguro de vida. Es fácil entrar a cualquier gasto pero salir es cuesta arriba.
A prueba de emergencias
Un error que se repite a menudo es carecer de fondos de emergencia.
En algunos casos las finanzas personales se parecen a las que maneja un estado. Si un país no estuviera preparado para enfrentar desastres naturales, se responsabilizaría a la administración por falta de prudencia.
Ahorrar e invertir no son frivolidades materialistas, son estrategias para que nosotros y nuestra familia podamos vivir con mayor seguridad. Los seguros de vida y los fondos personales de emergencia pueden ser la diferencia entre tener un problema y enfrentar una catástrofe.
Alérgicos a la inversión
Este error es uno de los más comunes. En Ecuador, como en muchos otros países, la educación financiera es deficiente. Muchas personas asumen que la inversión, las acciones, las bolsas de valores y las pólizas son misterios nebulosos.
La verdad es que la educación financiera toma tiempo pero es accesible. Se puede aprender, como casi todo en esta vida y, guiada por la prudencia, puede generar enormes réditos basados en el interés compuesto.
La inversión permite que el dinero trabaje por ti. El riesgo se puede reducir significativamente si se hace a largo plazo y es una de las pocas defensas frente a la inflación.
En este sentido, hay una inversión que, bien realizada, puede asegurar rentabilidad y serenidad financiera a largo plazo: los bienes raíces.
Siempre es buen negocio invertir en una casa, departamento u oficina. Ya que, aunque pase el tiempo, se puede utilizar, arrendar o vender. Si este activo se encuentra en una ubicación beneficiosa y cumple con la demanda, difícilmente pierda su cotización.
Así que, empieza a pensar si quieres pagar arriendo toda tu vida o prefieres ser el dueño de tu hogar.
No pensar en la jubilación
Después de los 30 años hay que empezar con un camino muy importante: el que nos llevará a tener la jubilación que esperamos. Este camino debería empezar antes de los 30, pero no es común encontrar veinteañeros que piensen en su tercera edad.
En Ecuador, la afiliación a la seguridad social es un beneficio que llega a menos del 30% de las personas con empleo en el país. Por eso es importante buscar opciones como seguros de jubilación o invertir en un fondo de inversión.
Al final del día, lo importante es ser conscientes y vivir de manera sostenible en todos los sentidos. Si nos enfocamos en lo importante: tener un hogar, salud y relaciones cercanas, muchos errores financieros serán más fáciles de evitar.